TAREA 4
Crea un relato a partir de un relato conocido:
Texto conocido:
Al despertar Gregorio Samsa una mañana, tras un sueño intranquilo, se encontró en su cama convertido en un monstruoso insecto. Se hallaba echado sobre el duro caparazón de su espalda, y, al alzar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas callosidades, cuya prominencia apenas si podía aguantar la colcha, que estaba visiblemente apunto de escurrirse hasta el suelo. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia.
-¿Qué me ha sucedido?
No soñaba, no.
Mi texto:
Rápidamente salió corriendo hacia el cuarto de baño a mirarse al espejo y al llegar se quedó unos minutos contemplando su nuevo rostro, un rostro verdaderamente desagradable a la vista. Se echó las manos a la cabeza preguntándose a sí mismo:
-¿Qué hago yo ahora con estas pintas?, ¿Cómo voy yo ahora a hacer mi vida normal?...
Perplejo aun se pellizco a si mismo pensando que era a un sueño…, se equivocaba.
Salió del cuarto de baño y se dirigió a su cama deshecha y empezó a buscar en ella algo que le justificara su nuevo cambio de “look”. Buscó debajo de la almohada, de las sabanas y del el colchón pero dicho esfuerzo se hizo en vano…, entonces Gregorio tropezó con su sábana que se encontraba en el suelo y él acabó junto a ella. Entonces Gregorio miro debajo de la cama y encontró una tiza cuyo color no podía apreciarse en la oscuridad, la cogió y era de color morado. Perplejo contempló la tiza y un segundo después, se aceleró descomunalmente con la cara desencajada, retiró la cama y encontró lo que más temía encontrarse…, el símbolo de la magia negra, la estrella de cinco puntas invertida. Alguien le había maldecido y Gregorio no estaba muy contento con eso, así que se vistió y salió a la calle en busca de una persona que le odiase hasta tal punto como para llegar a manipular los más oscuros secretos y hechizos creados por el mismísimo diablo…, Entonces la mirada de Gregorio se iluminó y este salió corriendo sin mirar atrás.
Gregorio, tras diez minutos de carrera intensa por la calle ante las miradas de gente totalmente perpleja y la mayoría asustada debido a su aspecto, llegó a la casa de la persona que Gregorio creía que había sido quien le había hechizado. Casi sin aliento llamó al timbre y tras dos segundos de espera apareció ante él una persona que aunque tuviera muchísimo en común genéticamente con Gregorio, odia a este a muerte. Se trataba de su hermana Cristina, una bellísima y joven mujer que tenía lo mismo de malvada que Gregorio de humano en ese momento. Las miradas de los hermanos chocaban creando un ambiente bastante tenso. Cristina al verle intento huir pero el gran monstruo de su hermano no pensaba permitírselo así que se abalanzó sobre ella impidiéndole escapar y le pregunto con tono de tristeza y ojos enrojecidos:
-¿Por qué me has hecho esta Cristina, que he hecho yo para que tengas dentro de ti tanta ira y tanta furia?
-Tú lo sabes de sobra, siempre acaparabas la atención de nuestros padres y nunca pensaste en mí, todo lo recibías tú mientras que yo era olvidada. Hasta que murieron…, y te fuiste. Solo pensabas en ti y tu egoísmo te apartó de mí, así que tuve que ser independiente desde los 15 años y tuve que buscarme la vida yo sola, ante los peligros de la calle, sin protección, sola… sin nadie.
Entonces arrepentido por todo lo ocurrido Gregorio se disculpó y llorando le suplico que le devolviera sus aspecto normal, que había aprendido la lección. Entonces cristina se sacó del bolsillo una pequeña bola de cristal un poco más grande que una canica y la estrello contra el suelo rodeándoles así de un humo púrpura. Cuando el humo se disipó, Gregorio había vuelto a la normalidad y Cristina, amablemente, le invitó pasar a su casa. Cristina le contó todo lo que le ocurrió a ella cuando él se fue. Los dos hermanos tuvieron una gran amistad desde ese día y los dos vivieron felices ayudándose el uno al otro.
